

Durante la conmemoración internacional de la Mujer, la Municipalidad de Jesús María decidió inaugurar la muestra “8 M: 8 de marzo, 8 mujeres, 8 momentos”, en la Torre Céspedes.
La exposición conjuga diferentes lenguajes expresivos en un mismo espacio, visibilizando el rol de artistas locales en distintos ámbitos: fotografía, arte textil, escultura, pintura, danza, canto, cerámica y literatura.
La muestra es una invitación a apreciar el trabajo de ocho mujeres en un recorrido por cada una de las salas del centenario sitio.
Curiosamente, el centenario edificio tiene cuatro torretas circulares divididas en dos plantas, es decir, con ocho espacios, uno para cada artista.
Lo interesante es que se decidió combinar manifestaciones artísticas de mujeres emergentes en el arte, como es el caso de Sofía del Águila que tiene 15 años, con experimentadas artesanas como es el caso de Graciela Lépore y sus exquisitos trabajos textiles.


En un ameno recorrido, es posible repasar desde la planta baja la trayectoria artística de Jéssica Benavídez con sus fotos, vestuario y hasta instrumentos musicales, o las acuarelas y trabajos en vitrofusión de Maricel Bonansea.
Y en la torreta donde está la escalera, Julieta Toneatto muestra sus esculturas de formas inesperadas y caprichosas, navegando entre la abstracción y el realismo que cada observador pueda darles.
En la planta alta, Analía Juan se adueñó del espacio de la biblioteca donde expuso algunos de sus trabajos literarios “incómodos”, los que cuestionan un orden de cosas que dejan a la mujer en estado de inequidad.
Y lo hace con humor y acidez al por mayor. ¡Y qué saludable que así sea porque al machismo imperante no pareciera caberle ninguna edulcoración!.
También, están las cautivantes polaroids que capturó la fotógrafa Lola Saldívar que hizo uso de un motivo de flores para retratar a mujeres de diversos extractos y contar con delicadeza sus historias y su propia historia.
Y en el hall principal, se puede ver un extenso muestrario de los diversos vestuarios que Alejandra Vicari utilizó para sus obras de ballet a lo largo de los últimos 26 años. Un zapatito, un vestido o una tiara te transportan de inmediato a las tablas que tanto ama la bailarina jesusmariense.


Palabras en voz alta
La inauguración de la exposición fue precedida de una serie de discursos donde quedó claro que ninguna mujer se conforma, hoy, con un saludo y un ramo de flores.
Como bien dijo Sofía del Águila al resaltar que este momento tenía a las mujeres “nerviosas y revolucionarias”.
O como reflexionó Jéssica Benavídez: “Pienso que hoy no es un día feriado ni donde descansamos. Es un día donde conmemoramos la visualización de la lucha. Y ojalá podamos festejar este día con Ni una menos porque pienso que la mujer se está haciendo escuchar y por eso tenemos estos resultados”.


La literata Analía Juan fue un poco más allá, incluso, en su análisis: “La palabra es disruptiva. Puede hacer tomar conciencia y empatizar porque no necesariamente tenés que escribir un ensayo para hablar sobre esto”. Y añadió: “Está muy estereotipada acá el rol de la mujer hogareña. Las mujeres muchas veces nos vemos condicionadas por la mirada de la sociedad sobre escribir y mostrar lo que sentimos”.