

El Decreto 291/2022 -que lleva la firma del presidente Alberto Fernández, del jefe de Gabinete Juan Manzur, y del ministro de Cultura Tristán Bauer- formalizó la declaración de Villa Tulumba como Poblado Histórico Nacional.
De ese modo, se convirtió en el segundo pueblo cordobés en alcanzar ese rango ya que La Cumbre había obtenido idéntico distingo en febrero de 2021. La decisión se publicó en el Boletín Oficial esta semana.
Como parte de la declaratoria, se adjuntó un croquis que contiene un polígono y una zona de amortiguación dentro de las que quedaron protegidas una serie de edificios históricos de gran valor.
Con el decreto presidencial, alcanzaron el rango de bienes de Interés Arqueológico Nacional: La antigua capilla, la iglesia Nuestra Señora del Rosario (1882), la casa de los Reinafé, el edificio que hoy ocupa la Policía y el de la escuela Obispo Olegario Correa.


El intendente de Tulumba, Sebastián Peralta, resaltó los alcances de la declaratoria: “Fue un premio a la perseverancia tanto de los funcionarios y técnicos de la comisión como desde nuestro pueblo que siempre luchó por este título del que creemos ser merecedores”.
“El título -agregó Peralta- destaca la belleza cultural, histórica y artística de nuestro pueblo. Más allá de eso, es un premio a una comunidad que supo conservar todas sus riquezas, que las valoró, las cuidó, y tuvo un plan a futuro y un proyecto que algún día iba a dar sus resultados, cosa que finalmente ocurrió”.


Una larga lucha
El proyecto fue anunciado en 2017 por la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos del Ministerio de Cultura de la Nación con la inclusión de 12 localidades de toda Argentina, entre ellas, La Cumbre y Tulumba.
Se trata de un proyecto complementario al de Pueblos Auténticos que, en ese caso, promocionaba el Ministerio de Turismo de la Nación y del que Tulumba también forma parte.
Tulumba tuvo su origen a fines del siglo XVI con las primeras mercedes concedidas a la comitiva que acompañaba a los fundadores españoles.


Por hallarse a la vera del antiguo Camino Real, una de sus principales actividades fue la cría y engorde de ganado mular para ser vendido en el Alto Perú.
Cuando expiraba el siglo XVIII, el marqués de Sobremonte, gobernador intendente de Córdoba del Tucumán, elevó al rey Carlos IV la solicitud para declarar “Villa” al poblado, pedido que fue concedido en 1803 por cédula real.