
Esta vez, una pequeña muestra de lo conversado con Teresa del Valle Luján (70) vecina de Colonia Caroya, criada y nacida en Jesús María.
¿Se acuerda de esos viejos almacenes que tenían de todo? Bueno, así es la memoria de Teresa: inacabables estantes repletos de recuerdos pa’ lo que guste.
Además de haber vivido una infancia rodeada de una familia y una comunidad orgullosa de sus tradiciones, Teresa ha prestado muchísima atención a lo que contaban sus mayores.
Por eso, cuando nos reunimos a conversar sobre las cosas de antes, sus añorados abuelos y padres, se fueron turnando en boca de ella para contar saberes, creencias e historias de este paisaje, relatos que forjan nuestra identidad más profunda.



Leche con tramontana para estómago de niños
Por ahí estaban los niños enfermos de la panza, les hacía mal la leche en polvo. Y el médico te daba…»comprelé la leche NAN…» por ejemplo. Y mi papá decía; «¡Que leche NAN ni qué ocho cuartos! Leche de la vaca -dice- «¡vayan y junten tramontana!» Con eso le hacían la leche a mi hermana. Hervían la tramontana con leche de vaca pura.
Duraznillo al otro lado del río
Dice que mi abuelita, ahí donde vivía, venía el río crecido… Ella lavaba los pocos hoteles que había en Jesús María… Dice que cruzaba la viejita decía mi mamá que se levantaba la pollerita, ¡Viste que el río trae fuerza! Dice que cruzaba seco así al otro lado, a juntar el duraznillo. Porque el duraznillo blanqueaba la ropa…y (lo refregaba) tipo jabón.
Salvia para la tos
Para la tos…salvia, salvia. ¿Viste esa hoja peludita? Nos hervían a eso con la leche, y una brasita quemada y nos daban eso para la tos. O sea que las cosas caseras daban resultado.
Refugio de indios, cueva de Salamanca
Había una parte en el río Jesús María, en las barrancas, que había unas cuevas. Y hablando con mi hermano me dice que sí están las cuevas esas… Pero son cuevas que hicieron los indios…Y después ahí entró la Salamanca. Lo que mi papá me decía que ahí se payaba. El que payaba era el diablo con la gente que le había vendido el alma…
Leer con tuquitos
Mi marido leía con los tuquitos. Se juntaba cinco, seis tuquitos, los ponía en un frasco… nos cuenta dice…y a la noche, les daba un tincazo, se prendían las luces y ahí leía. Después al otro día los largaba, los tenía que largar porque si no…se morían. Yo extraño un montón, un montón las cosas de antes.
Llevar al finado la comida de su preferencia
Cuando falleció mi abuela, mi abuelo le llevaba al cementerio mazamorra y vino en esos platos de loza de antes, era lo que le gustaba a mi abuela. Al otro día iban al cementerio y no había mas nada. Entonces la creencia de la gente de antes era que el muerto lo tomaba.
Nombre: Teresa del Valle Luján
Edad: 70 años.
Lugar y fecha: Colonia Caroya, 25/10/2022
Recopilaron: Pablo Rosalía y Patricia Rionda (Asociación Cultural Relatos del Viento)
Programa de Salvaguarda de la Memoria Ancestral Comunitaria
Coordinan: Asociación Cultural Relatos del Viento, área de Cultura y área de Adultos Mayores de la Municipalidad de Colonia Caroya