
Un matrimonio signado por la violencia omnipresente, según reconstruyó el fiscal
El fiscal de Instrucción de Río Segundo Diego Martín Fernández decidió dar por concluida la investigación penal preparatoria y elevar a juicio la causa por el femicidio de Verónica Tottis (44) que tiene como único imputado a su exmarido, Julio Saluzzo (45), y sobre el que aplicó la figura del homicidio doblemente calificado: por el vínculo y por violencia de género.
En el auto de elevación a juicio, Fernández detalló las razones por las que tuvo la convicción de que la violencia ejercida por Saluzzo en contra de Tottis no se limitó al último tiempo sino que se dio a lo largo de los 20 años de matrimonio.
“Saluzzo sometió durante años a Verónica a prácticas socioculturales históricas basadas en la idea de inferioridad de las mujeres y la superioridad de los varones, asumiendo un posicionamiento machista ligado a los estándares del ideario patriarcal que cimentan la violencia de género”, detalló el fiscal en el escrito.
“El acusado –refirió más adelante- colocó a su pareja en una relación de sumisión y postergación de su propio proyecto de vida, celándola, desvalorizándola e imponiendo su voluntad y dominación por sobre la voluntad de la mujer”.



Celos y persecución
A través de los testimonios recogidos, el fiscal pudo reconstruir que Saluzzo fue asumiendo con el correr de los años actitudes de celos y persecución cada vez más agudas para con su esposa. Le revisaba el teléfono móvil, se lo quitaba durante días, la seguía cuando ella se ausentaba de la vivienda que compartían, citó el funcionario judicial como ejemplo.
Para Fernández la desproporción física que existía entre victimario y víctima no resultó un dato menor. Resulta revelador sobre esa desproporción un hecho que cita el fiscal y en el que Verónica recibió una paliza, en presencia de su hijo mayor, quien terminó socorriendo a su madre y llevándola a un hospital en Las Varillas.
Según señala el escrito, un día y mientras Verónica se bañaba, Saluzzo le revisó su teléfono celular e ingresó a su cuenta de Instagram (de la que tenía clave), donde advirtió que ella mantenía una relación amorosa con otro hombre. En el dormitorio y en presencia del hijo más grande de la pareja, comenzó a insultarla, a denigrarla, para terminar tirándola a la cama y darle una golpiza, mientras alternaba golpes en el rostro y en las costillas.



Premeditación homicida
Un dato que llamó la atención sobre la causa que investigó el fiscal Fernández, desde el 4 de junio cuando se cometió el crimen de Verónica, es que tuvo la convicción de que el hecho fue premeditado.
Según el instructor penal, Saluzzo engañó a su esposa con una excusa falsa, le llamó por teléfono, mientras ella viajaba a Las Varillas –tras haber estado de visita en Colonia Caroya- , la hizo detener, desviar el vehículo, y la mató, aunque no está claro cómo lo hizo porque el cuerpo de la víctima estaba completamente calcinado cuando fue asistido por la Policía y los Bomberos.
Cerca del vehículo, se encontró el bidón de nafta con el que se incendió el automóvil de Verónica, con ella en su interior.
La instrucción destacó a lo largo del escrito las actitudes de control y agresiones de género -psicológicas, económicas y físicas, entre otras- que ejerció Saluzzo y, paralelamente, refirió el terror que ella le tenía.