

Con fecha 13 de noviembre, el fiscal de Instrucción Guillermo Monti decidió ponerle fin a más de dos años de investigación a la causa que investigaba el homicidio y los presuntos abusos de los que fue víctima Wanda Abigaíl Navarro (15).
Ahora, el funcionario aguarda que se venzan los plazos legales de las oposiciones que podrían interponer los abogados de los cuatro acusados: Walter Vargas, Claudio Schmidt, y Mario García como autores materiales de los hechos, y Romina Vernola por haber prometido recompensa por la muerte de la adolescente.
El fiscal no tiene dudas de que la adolescente se cruzó con los presuntos matadores sobre la calle 10 de Colonia Caroya y de camino al IPEM 349 Giovanni Bosco, durante la mañana del jueves 23 de agosto. La muchacha nunca llegó al colegio y su familia denunció su ausencia apenas pasado el mediodía.
Apareció muerta dos días más tarde, semidesnuda, boca abajo, y tapada por unas cañas en una parte de la extensa Estancia La Florida. Su cuerpo mostraba laceraciones, escoriaciones, cortes y golpes varios.
Una semana más tarde, ya estaban presos los tres hombres mayores de edad e imputados como autores del salvaje ataque. La autopsia no mostró signos de abuso sexual con acceso carnal, hecho que desorientó a los pesquisas.
Al tiempo, y tras declaraciones de testigos, el fiscal decidió imputar a los tres acusados una figura nueva: la del abuso sexual con acceso carnal en forma reiterada y continuada.
Y para concluir, ya pasado un largo tiempo de investigación, ensambló una nueva pieza: puso en la escena del crimen a Romina Vernola a la que acusó de haber sido quien le puso precio a la muerte de Wanda, situación que convertía a García, Vargas y Schmidt también en verdugos.


¿Cómo sigue la causa?
Si no hay oposición, la causa queda firme y la elevación a juicio pasa a Cámara del Crimen para sortear a cuál le toca juzgar. Por tratarse de un femicidio, además de un tribunal de tres jueces, se nombran 12 jurados populares.
Si los abogados de los acusados se oponen, habrá que esperar la resolución del juez de control primero, o de la Cámara de acusación en segunda instancia. Hasta el momento, ninguna de las oposiciones recibió respuesta favorable, ni en Control ni en Acusación, lo que supone que cualquier oposición corra idéntica suerte.
Fuentes con acceso a la causa dejaron entrever que la carga indiciaria con la que el fiscal eleva la causa a juicio es muy alta, más allá de que no tenga un testigo directo del asesinato ni registros fílmicos de esos eventos.


Pero en el relevamiento de pruebas en contra de los hombres acusados, el fiscal logró establecer que los tres manipulaban a sus víctimas, no mos- traban nada de empatía, tenían tendencia a cosificar al otro, y casi nada de autocrítica. Además, ante una situación estresante tienen tendencia a actuar de manera impulsiva.
La gran incógnita de esta causa, sin duda alguna, tiene que ver con la carga probatoria que juntó Monti en contra de Romina Vernola, una joven mujer que ya estaba presa por una causa de narcotráfico, y a la que se sindica como la instigadora del crimen. Sobre eso, es poco y nada lo que trascendió públicamente y podría revelarse cuando tenga lugar el juicio.