Relatos del Viento salió al rescate del Oeste
La Asociación Cultural hizo público un dossier con historia orales de los Departamentos Pocho y Minas sobre los que descubrió ritos, mitos y saberes contados por sus más antiguos habitantes

Alguna vez se recordará que un par de entusiastas de las historias “contadas” hicieron un registro fenomenal con pobladores del norte, noreste, noroeste y oeste cordobés y salvaron del olvido cientos de ritos, mitos, saberes, recetas, y tradiciones.
Los licenciados en Comunicación Pablo Rosalía y Patricia Rionda, al frente de la Asociación Civil y Cultural Relatos del Viento, vienen cargando sobre sus hombros esa sabiduría ancestral que muchos pobladores han sabido transmitir.
En este caso, quien cargó con la responsabilidad de darle forma al dossier que lleva por título Esas son cosas de antes fue Pablo Rosalía y está disponible para descarga en la web de la Asociación.

¿Por qué dossier y no libro? Sencillamente, porque se trata de un informe sobre los resultados parciales de un proyecto de investigación realizado durante 2019 y un poco antes de la pandemia de 2020, especialmente, en los departamentos Pochos y Minas, en el Oeste cordobés.
En menor medida, hay otras historias aportadas por pobladores de los departamentos Sobremonte, Cruz del Eje, y Calamuchita.
El proyecto se engloba bajo el título “Salvaguarda de tradiciones orales y otras expresiones culturales de adultos mayores en situación de vulnerabilidad”, y el informe parcial de ese proyecto es el que se presenta ahora en este dossier.

La hipótesis de trabajo
Después de poco más de 15 años de trabajo, Relatos del Viento logró crear una red muy grande en toda la provincia, especialmente, con pobladores de zonas serranas, campesinas, y populares de muchos pueblos en los que fueron trabajando.
“¿Por qué la elección de Pocho y Minas? Porque son dos departamentos muy relegados históricamente en los indicadores de desarrollo humano y que, al mismo tiempo, no sufrieron avalancha de inmigrantes europeos ni de otras etnias, sin contar que tampoco fueron eje de grandes caminos ni vías de comunicación.
Con esos datos previos, la hipótesis de trabajo fue que esas expresiones culturales, atadas a un pasado originario y criollo, tenían que estar más vivas y arrojar mayor novedad que en otras comunidades donde esa tradición ya se perdió.

“Arrancamos con el objetivo de poder sentar a diez personas para dialogar con ellos, pero al final fueron 35 los colaboradores que nos permitieron recopilar un material de un valor inconmensurable”, destacó Rosa- lía sobre este trabajo.
“Estas piezas -añadió el investigador- orales podrían compararse a los descubrimientos de los arqueólogos que van sacando de los yacimientos alfarería, puntas de flecha, restos óseos. Lo que nosotros rescatamos es cultura inmaterial donde hay elementos muy interesantes que cobran relevancia ahora más que antes porque nos hace reflexionar sobre la manera de vivir en el mundo”.
Es que los abuelos y abuelas que aportaron para este dossier, muchos de ellos centenarios, mostraron maneras de relacionarse con el entorno diferentes y donde están absolutamente integrados al paisaje donde viven.

Valga como ejemplo el relato de la madre del agua, un ser mítico que sigue muy vivo en esa porción de la geografía cordobesa y que comparte una matriz americana que va de Alaska a Tierra del Fuego.
“Es curioso ver cómo la gente piensa que, a medida de que se perdió aquella fe en la madre del agua, comenzaron a secarse los arroyos y ríos”, completa Rosalía.