

Lo que a todas luces parecía un hallazgo insólito, con el correr de las horas se convirtió en el producto de una minuciosa investigación que derivó en la recuperación de 10 mil kilogramos de soja que habían sido robados de un establecimiento agropecuario el pasado 8 de abril.
Es que la carga era lo suficientemente voluminosa como para pasar inadvertida. Según se desprendió de la investigación encarada por la Fiscalía de Instrucción de Jesús María, los autores del robo del 8 de abril dejaron suficientes cabos sueltos como para no ser atrapados, tarde o temprano.
A través de testigos y de otros medios probatorios se pudo establecer que la mercadería que se halló esta semana en una casa de familia de barrio Leopoldo Reyna de Sinsacate fue trasladada hasta allí en una camioneta que arrastraba un acoplado.
Durante el allanamiento, además, se secuestraron otros elementos vinculados a la causa, entre ellos, dos teléfonos móviles.


Las diez toneladas de soja se encontraban en un pasillo, entre la vivienda y la tapia del vecino, tapadas con una lona, aunque inocultables por el volumen.
La oleaginosa recuperada tiene que ser sometida a peritajes, labor que encarará la fiscalía con el auxilio de Policía Judicial.
Se desconoce, por el momento, si alguno de los propietarios de la vivienda o moradores de ella también resultó detenido o imputado como parte del procedimiento, aunque se especula que si logra establecerse el vínculo con el robo del 8 de abril habrá detenidos.