Policía Ambiental y Parques Nacionales ayudaron a rastrear al puma suelto en la zona de Ascochinga

Lejos está de saberse la razón por la que un ejemplar joven de puma comenzó a aparecerse en inmediaciones de la vivienda en la que vive Miguel César desde hace un tiempo.
Las especulaciones van desde que podría tratarse de un animal que tiene cierto grado de domesticación hasta que llegó hasta allí huyendo de los incendios y en busca de alimento.
Y, en paralelo a haber sido avistado, se presumió que el felino pudo haber sido el responsable de la desaparición de cuatro gatos que este vecino denunció a comienzos de mes.
Y más allá de que el tema tuvo repercusión provincial y nacional, lo verdaderamente importante es que motivó la intervención de Policía Ambiental y de Parques Nacionales.
En el caso del organismo provincial, el pasado miércoles organizó un rastrillaje en el predio de 17 hectáreas de la familia César en el que tienen bosque nativo e implantado.



Aunque el animal no pudo ser hallado, se tomaron medidas preventivas para evitar que se acerque nuevamente.
Vale señalar que el puma es uno de los mayores felinos de Córdoba, y que suele alimentarse de animales domésticos cuando no encuentra presas nativas como la vizcacha.
Este animal se encuentra en la categoría vulnerable y no es común que se acerque a las personas.
“Se están evaluando las causas que motivaron su desplazamiento y ataque a los gatos del propietario. Recientemente, la zona de Ascochinga se vio afectada por los incendios forestales y puede que el puma se haya trasladado en busca de alimento”, señaló la repartición en un parte de prensa.
Y según el propio Miguel César, un día más tarde, llegó la gente de Parques Nacionales e instaló cámaras de seguimiento.
“Gente con altísimo grado de profesionalismo y de calidez humana. Por la mañana encontramos huellas del puma en el patio de la casa”, refirió el hombre que vive desde hace más de un año en la propiedad de su hermano.



Las apariciones de estos felinos en zonas pobladas o periurbanas es cada vez más frecuente. Se han reportado casos en Río Primero, San Francisco, Cruz Alta, y Carlos Paz.
Se trata de un animal de hábitos nocturnos que puede caminar grandes distancias, entre 40 y 50 kilómetros, razón por la que no es extraño que sean vistos por algunos días en algún sitio y luego desaparezcan.
En caso de aparición de un ejemplar, los expertos aconsejan mantener la distancia y resguardarse; evitar corridas, gritos o ruidos fuertes para que el ejemplar no se sienta amenazado; no intentar capturas ni acorralamientos; no intentar alimentarlo; en lo posible mantener iluminación nocturna fuera de la vivienda y corrales.