

Yves Noel Couldrey (52), que en Argentina adaptó su nombre a Iván Noel, se consideraba a sí mismo un reputado cineasta independiente, aunque era un absoluto desconocido en el polo audivisual cordobés.
Pero la noticia de su muerte esta semana, tras haber publicado un video de despedida, se convirtió en su obra cúlmine: logró ser noticia provincial, nacional e internacional. Nunca antes había sido tan famoso.
Y sin importar todos los esfuerzos que hizo para manipular su propio final y ofreciendo explicaciones inverosímiles sobre sus antecedentes penales a diversos periodistas, no logró esconder su pasado ni su presente atados a la pedofilia y la producción de pornografía infantil.
Con el correr de las horas y tras la confirmación de que se había quitado la vida en Alta Gracia, salieron a la luz aspectos inquietantes de su pasado francés y su presente argentino.


Contrato indecente
La primera película que filmó Iván Noel se llamó Anton et David y era, lisa y llanamente, una porno dirigida al público pedófilo.
El contratante fue Bernard Alapetite, un imprentero que llegó a liderar la productora de material de pedofilia internacional más grande de Francia. Fue detenido en 1997 en el operativo Toro Bravo Ado 71, el mayor en su tipo con más de 600 detenidos.
Noel había decidido contratar para ese “encargo” a tres adolescentes de Rumania que mendigaban en las calles de Francia a quienes prometió fama, les pagó una buena suma para la época, y filmó escenas sexuales entre ellos.
Cuando fue enviado a juicio, Noel fue encontrado culpable y sentenciado a dos años de prisión. Después, se supo que los consumidores de pedofilia pagaban entre 90 y 130 dólares por cada película de ese tema.
En noviembre de 2019, un tribunal en Francia condenó en ausencia a Noel a la pena de 12 años de reclusión tras haberlo encontrado culpable de abuso sexual con acceso carnal en contra de un niño de 11 años, pero que había decidido denunciarlo en su edad adulta.
El cineasta zafó porque la Justicia Federal cordobesa no aceptó conceder la extradición por interpretar que el delito por el que juzgaban a Noel en Francia estaba prescripto en Argentina.


La pista local
En diciembre de 2019, tres adolescentes de Jesús María decidieron denunciarlo también como presunto autor del delito de abuso sexual, hechos que habrían ocurrido durante la filmación de su última película.
Una fiscal especializada, Alicia Chirino, había ordenado varias actuaciones en este último tiempo. Lo próximo en la agenda eran los peritajes psicológicos a los denunciantes, clave en el avance de la causa.
Material de sus filmaciones -backstage de sus películas- fue hallado en sitios que ofrecen pornografía infantil y en perfiles de pedófilos, aunque se desconoce quién hizo llegar ese material allí.
Y empieza a haber personas dispuestas a destapar nuevos secretos que comprometerían aun más al cineasta muerto.