
En el Parque del Oeste está todo por hacerse. No sólo es un pulmón verde magnífico para la región -con 100 hectáreas de superficie- sino que ofrece posi- bilidades para el turismo alternativo, para el senderismo, para el avistaje de aves, para el estudio de la flora y de la fauna.
La parte “visitable” por ahora está reducida a poco más del 20% del total que es el espacio en el que, hoy, abunda la cartelería y en la que es posible concretar una caminata corta de baja intensidad, especial para hacerlo con la familia completa, incluidos abuelos y niños pequeños.
Desde su inauguración, el pasado domingo, viene siendo objeto de gran interés por la comunidad de nuestra región que ha acudido masivamente a conocer el parque ecológico y al que le llevó casi 9 años tomar forma y fuerza.
En el Parque del Oeste se da, paralelamente, un hecho inédito para Jesús María: cuenta con la primera guardaparque de su historia, Macarena Alzogaray.

La joven de 24 años egresó como técnica universitaria en Guardaparque de la Facultad de Turismo y Ambiente de la Universidad Provincial de Córdoba y es la flamante responsable del cuidado del predio. Le acompañan otros tres trabajadores que el municipio jesusmariense dispuso para tareas de administración y seguridad.
Macarena había conocido el lugar previo a la inundación de 2015 y retornó al lugar mientras cursaba su carrera. Le sorprendió lo cambiado que estaba todo.
“Esta reserva funciona como un gran parche ecológico y alberga un montón de especies que no tienen ningún lugar fuera de él. Estamos rodeados de campo y de urbanización y éste es el último lugar que tienen las especies como albergue. De allí, la importancia de mantenerlo y convertirlo en un ecosistema sano”, refirió la nueva cuidadora del lugar.
“Nos llamamos -añadió Macarena- “detodistas” porque ingresamos en varios campos, pero en lo que vamos a poner especial atención es en la educación ambiental. A medida que pase el tiempo y nos asentemos vamos a poder hacer actividades recreativas que apunten a la protección del espacio y del ambiente”.

Un promisorio futuro
Durante la inauguración, y unas horas antes de dar lugar al primer aluvión de visitantes a la reserva ecológica, el intendente Luis Picat ponderó los beneficios y potencialidades del lugar: “Es una salida a una situación que nos tenía preocupado: el encierro en nuestras casas y el hacinamiento. Este lugar viene a suplir un poco lo que buscamos en las Sierras Chicas donde la naturaleza está mucho más instalada en la población. Y responde a la necesidad cada vez mayor de los vecinos de buscar una mejora en su calidad de vida a través del ambiente”.

Por el momento, la reserva funciona en el horario de 9 a 18, en especial, para respetar también el equilibrio de las especies que pasan a compartir su habitat con nosotros desde ahora.
Dependerá de la comunidad que el Parque del Oeste cumpla con sus servicios ambientales de la mejor manera posible y para ello será indispensable no arrojar ningún tipo de residuos, ni encender fuegos, y respetar lo que indique la guardaparque.