Los peligros de la anomia

El presidente graba un spot publicitario en el que te invita a cuidarte, en el que te insufla un aire culpógeno y te muestra los peligros de no cuidarse. El spot invita a cumplir con lo contenido en el DNU presidencial que impuso el aislamiento-distanciamiento social preventivo y obligatorio.
De hecho, hay multas por no cumplirlo y no cumplirlo te podría hacer caer en una investigación penal por desobedecer a las autoridades competentes y por no haber hecho lo necesario para impedir una epidemia.
Pero resulta que el presidente no cumple con lo que escribió. Distintas fotografías lo mostraron en encuentros sociales sin barbijo, sin mantener distancia, y a los abrazos.
¿Con qué autoridad moral, entonces, le pide al conjunto de los argentinos y argentinas que se cuide y respete lo establecido? Nuestras abuelas y madres decían que el respeto empezaba por casa y en este caso la casa está en desorden.

Pero el ejemplo del presidente también puede extenderse a los gobernadores y a los intendentes. Hace poco, estuvo vigente una restricción de actividades por 14 días para varios rubros que la mayoría no cumplió y que la autoridad local tampoco hizo cumplir.
Al que le dijeron que cerrara, mantuvo su comercio abierto y nadie lo multó ni lo clausuró ni le dijo que tenía que estar cerrado.
Si el día de mañana un intendente pide la sanción de una ordenanza, va a estar flojo de papeles para exigir su cumplimiento ¿No?.
Es el peligro de la anomia, de la ausencia de normas, porque ponen en peligro la legitimidad de las autoridades porque son ellas las que no demuestran estar a la altura de los comportamientos que se espera de ellos. Ojalá que el coronavirus no dispare más caos y que estemos a tiempo para retomar el orden que parece haberse perdido.