Entre las generaciones más jóvenes es muy común escuchar que los 40’s son los nuevos 30’s o que los 30’s son los nuevos 20’s.
Pareciera que envejecer es malo, impopular, indeseado, poco valorado, sin importar la experiencia que trae aparejada o la capacidad de disfrute devenida de esa experiencia.
Sin embargo, hay una generación, la de los cincuentones, que no anda queriendo ningún lifting ni que le saquen ninguna década de encima.
Son los que dicen que los 50’s son los nuevos 50’s, aunque suene a estupidez. Pero tiene su lógica y su argumento.
La generación de nuestros abuelos, los que nacieron entre 1910 y 1930 (más o menos), a los 50 eran viejos requete viejos.
Sólo basta con ver las fotos. Usaban camisa y pantalón de vestir casi todo el tiempo sin importar qué calor sufrieran. No usaban casi zapatillas y estaban retirados de casi todo deporte.
No iban al gimnasio, no trepaban cerros, no corrían maratones, no se planteaban nuevos y desafiantes objetivos personales.
No jugaban al pádel ni al fútbol o al tenis. Sentían encima una especie de mandato que les obligaba a comportarse como personas muy mayores.
Algo cambió con la generación de nuestros padres, los que nacieron entre 1940 y 1955 (más o menos), que llegaron a los 50 un poco más liberados, pero que tampoco hicieron mucho para cuidar el cuerpo y llegar a la edad de los muy mayores con plenitud.
Hoy, hay toda una gama de cincuentones que se está preparando para llegar a la vejez con otra independencia y otra concepción.
Una generación que espera, en 25 o 30 años, ser autosuficiente y no una carga para sus sucesores.
Una generación que corre, que camina, que descubre lugares nuevos, que aggiornó su forma de vestir y de arreglarse, que jamás se diría a sí misma que es una generación “vieja”, y que disfruta de la vida asumiendo la edad exacta que tiene, sin quitarle ni un año menos.
Es una generación que espera depender menos de los medicamentos para llegar a viejo y que, en muchos aspectos, se muestra más saludable y preparado que los de 40’s y que los de 30’s.
No es sólo una cuestión de actitud, pero está claro que esa actitud pone a esa generación en un hermoso presente.