

“Usted está a merced de su propia decisión”
Primaria del turno tarde en la Nacional 221. Claro, la de Jesús María. La escuela quedaba, por aquella época, en los arrabales de lo que se iba transformando en ciudad.
Reunión en la calle-esquina: El Banco Provincia y el portento de sus puertas hechas por ebanistas, la aún presente Plaza San Martín que carga la historia de la ciudad, y Tienda “La Nueva”, un incipiente shopping en aquellos años. Luego, venía tienda La Florida, donde hoy es Kariba. Y la farmacia Dávila, que aún queda su frente y, ojalá, se lo conserve como patrimonio de la arquitectura de aquellos años.
El motivo era mostrar lo que iba a suceder con ese modelo colonial-cultural que llega hasta nuestros días. El norte americanismo llevado a la exageración. Era plena Guerra Fría, la cual se había instalado en el mundo después de la Segunda guerra mundial: Capitalismo vs. Comunismo. Yanquis vs. Soviéticos (rusos). Estos “ismos” son empresas que terminan siendo vanas, pero el humano insiste. “Que lo parió…”, diría Mendieta a don Inodoro Pereyra, en aquella clásica historieta.


La reunión escolar: Cambio de denominación de la calle por la del asesinado presidente de Estados Unidos, John F. Kennedy.
Claro, estábamos en el mundo occidental. Y como ya sabemos: Cuando es cuestión de salvaguardar grandes intereses para unos pocos, hay que asustar y perseguir, ¿y el demonio?: todo lo que pudiese oler o no a Izquierda, aunque nunca nuestra sociedad comulgaría, pero… por las dudas nomás.
Siempre los poderosos buscan chivos expiatorios para mantener sus prebendas, se usa la religión, la política, las drogas, ahora las fake news y hasta la Justicia. Por supuesto, nada de Educación para pensarse. Triste, a veces, la historia de los pueblos.
Como país hemos mirado siempre para afuera de las fronteras. Y eso es producto de ese colonialismo cultural, en este caso del imperio del norte. Que como todo imperio en sus grandezas, esconden grandes miserias, que en la actualidad se muestran y que lo llevan inexorablemente hacia su fin de ciclo.
En un análisis del periódico inglés The Financial Times se dice que el gran mal de nuestro país no comenzó sino hace más de cien años donde las clases dirigentes no quisieron reconvertir la producción agrícola ganadera en una industria poderosa para un país que contiene todo para serlo. Algo que sí hicieron los norteamericanos. Parece que lo bueno no se imita.
Decía el psicoanalista Carl Jung que hay un Inconsciente Colectivo y parece que, a pesar de haber pasado más de 500 años de la llegada de Cristóbal Colón, se sigue pensando en hacer la América. Expresión que se transformó en el “Vivo Argentino”, como ideología camaleónica.
Jesús María: En una ignota aldea con miradas de ciudad, se trae un nombre que nada tiene que ver con nuestra historia. Y si estudiamos un poco, veremos que hay miles de ciudadanos que merecerían al menos un recuerdo, aunque sea en la denominación de una calle.
Está bien, que se siga denominando así. Forma parte de la historia local.


Pero aprendamos a tener sentido de pertenencia. Y cuando eso lo sentimos, lo vivenciamos, empezamos a ser verdaderos ciudadanos del mundo, nos sentimos identificados y seguros de nosotros como pueblo cultural que toma lo mejor de cada cultura y respeta su idiosincracia y no hacemos papelones como en el ejemplo de la vacuna del Instituto Gamaleya de Rusia, la Sputnik V.
¿Cómo se la denomina aquí? Despectivamente la vacuna rusa. Se le agrega el artículo La con sentido peyorativo. ¿Alguien hizo mención a la vacuna yanqui, a la vacuna inglesa, la vacuna yanqui-alemana?
A mediados de la década de 1950 hubo la terrible enfermedad de la Poliomielitis. Padres desesperados que veían como sus hijos morían o quedaban lisiados de por vida. Los científicos Jonas Salk, y Albert Sabin dieron en la tecla: La vacuna. Nadie pensó si eran judíos o si pertenecían a una ideología. ¡Cuánto alivio fue esa vacuna para las familias que veían una salvación!
¿Qué ha sucedido entonces para tener esta mirada retrógrada actual?


Algunos atenuantes: En el presente todo es negocio y la Salud no podía estar de lado. Entonces se mira con recelo esos intereses que llevan a dudar si tal o cual remedio es efectivo.
Que vengan las vacunas. Sean del país que sean. Y hay libertad para quien desee vacunarse, sin obligación. Y de paso nos vacunemos principalmente de la estupidez. Que, como lo decía Einstein, es más inmensa que el universo.
No somos perfectos, pero démonos la posibilidad de permitirnos vivir en paz con el prójimo. Sobre todo, con nosotros mismos y no agredir a los demás. Recordemos: Personas felices no hacen daño.