

Remediar el desastre ambiental que vienen dejando los incendios de 2020 será tarea de todos. Por ese motivo, la Sociedad Rural de Jesús María decidió aportar su granito de arena con una serie de informaciones y sugerencias que se extrajeron de un documento que elaboraron investigadores de la Universidad Nacional de Río Cuarto.
A través de curiosas piezas gráficas, la Rural aportó una serie de sencillas recomendaciones que parten de una pregunta clave: “¿Sabías que luego del fuego el monte nativo sigue vivo, pero necesita de un largo tiempo para recuperar su memoria biológica?”


- Te recomendamos no ingresar ni pisar las zonas afectadas por los incendios.
- Los árboles que aún permanecen de pie pueden rebrotar y funcionan como apoyo para aves que esparcen semillas enriqueciendo el suelo.
- Podés colocar semillas o pedazos de frutos en los techos, para que los pájaros que perdieron su hábitat puedan abastecerse.
- “¡Ayudemos a repoblar el monte nativo de nuestra Córdoba compartiendo esta información!”, concluye el parte que difundieron entre socios y comunicadores.


Más observación y menos recetas
“La restauración activa de ecosistemas nativos es importante donde fuegos reiterados, ganadería, agricultura, urbanización e invasión por plantas exóticas ya redujeron mucho la capacidad regenerativa del sistema”, explicaron Las doctoras en Ciencias Biológicas, Evangelina Natale y Antonia Oggero, de la UNRC.
“Las recomendaciones elaboradas -añadieron- son orientativas y de ninguna manera son una receta”. Es importante realizar una observación previa para adaptar estas recomendaciones a cada situación particular”.


Qué es lo que se sugiere tras los incendios
- La prioridad es evitar la pérdida de suelos y la instalación de especies leñosas exóticas invasoras, entre ellas, acacia negra, siempreverde, olmo, grateus, y zarzamora. El suelo queda sumamente desprotegido y frágil, y cualquier intervención debe planificarse.
- Evitar que el ganado transite por las áreas recientemente quemadas al menos por una temporada de lluvias (hasta mayo del siguiente año). El grado de fragilidad que tiene el suelo por la ausencia de vegetación y el impacto de estos animales con su pisoteo hacen que se pierdan o degraden grandes cantidades de suelo.
- Construir fajas de retención de suelo y agua para reducir la erosión hídrica en zonas con pendiente. Se pueden construir con ramas de árboles o arbustos nativos quemados que se encuentren en el suelo y se puede usar leño de especies exóticas. Las fajas deberán construirse de forma perpendicular a la pendiente y paralelas entre sí.
No contienen totalmente el agua, pero retienen el suelo y las cenizas cuando las primeras lluvias de la estación empiezan a arrastrarlas pendiente abajo. Además, acumulan semillas, reducen la velocidad del agua y la conducen a sitios con mejor infiltración. - En caso de encontrar especies leñosas exóticas (quemadas o no quemadas), cortarlas y utilizar el leño para construir las fajas de retención. Además, para dificultar la recolonización por semillas desde los lugares no quemados cercanos al incendio, recomendamos extraer estas especies de dichos lugares y usarlas para las fajas. Todo recaudo para evitar la dispersión es bienvenido, por ejemplo: la poda o extracción de los ejemplares.
- Revegetar con herbáceas (enriquecer el banco de semillas). Luego de los incendios, el banco de semillas (disponibles en el suelo) queda empobrecido, lo cual puede hacer más lenta la recuperación de las especies herbáceas una vez que comienzan las lluvias. También se pueden juntar semillas directamente de las plantas nativas en los casos en que éstas persistan. Una forma para facilitar la siembra es preparando baldes con agua y mantillo y dispersar ese lodo con movimientos amplios para que se distribuya en mayor superficie.
- Poner en marcha acciones preventivas que se sostengan en el tiempo, como campañas de educación, el armado y gestión local de viveros de leñosas y herbáceas nativas, u otras iniciativas. Por ejemplo, demandar acciones estatales en todas las escalas de gestión y políticas públicas ambientales para la prevención de incendios, manejo del fuego, restauración, protección de cuencas y bosques.

