09/12/2023

Implementarán en Caroya un bioinsumo para alimentación bovina con residuos madereros y alimenticios

Fernando Bodach, Federico Uanino, y Martín Piazzoni tienen en marcha un proyecto de economía circular para la producción de un alimento probiótico y prebiótico.

Tres emprendedores de Colonia Caroya recibieron un aporte no reintegrable para mejorar las instalaciones de una planta donde ya comenzaron los ensayos para producir un bioinsumo para la alimentación del ganado bovino.

Fernando Bodach, Federico Uanino, y Martín Piazzoni vienen con experiencia en la industria cervecera, maderera, y de la producción de salame, respectivamente, y recibieron un aporte no reembolsable por parte de la Subsecretaría de Pequeños y Medianos Productores Agroalimentarios para mejorar las instalaciones de la planta.

El aporte fue entregado por la subsecretaria Milagros Barbieri, junto al director Fernando Rizza, dentro del marco del Programa de BionInsumo Agropecuario Argentinos (PROBIAAR), junto a otros emprendedores del territorio cordobés.

“Básicamente, se centra en aprovechar los residuos de la industria maderera y algunos residuos de la industria alimenticia para generar un alimento para animales, que es probiótico y prebiótico, y que ayuda a mejorar la conversión de las pasturas en kilos de carne y la producción de leche”, explicó Uanino, uno de los socios.

El desarrollo conceptual del proyecto le corresponde a Fernando Bodach que viene de trabajar muchos años en la industria cervecera, pero que tiene formación en biotecnología y en veterinaria.

“Como el bioinsumo -añadió Uanino- es probiótico y prebiótico ayudar a mejorar la sanidad animal y evita el uso de vacunas o medicamentos para tratar las enfermedades de las vacas. También, tiene un efecto beneficioso porque reduce un porcentaje la emisión de metano de las vacas”.

Economía circular

Tanto Piazzoni como Uanino han sido inversores ángeles en un proyecto de economía circular que se originó en Colonia Caroya, y adquirió dimensiones industriales en Balcarce (Buenos Aires). Este proyecto innovador transforma los desperdicios alimenticios en proteínas a través del uso de larvas de la mosca soldado negra.

En este nuevo desafío, Uanino aclaró que se trata de una experiencia piloto, aunque ya se realizaron las primeras muestras, y aún no se inició la comercialización.

En esta etapa inicial, se están llevando a cabo pruebas a pequeña escala para dar paso, en breve, a la fase de prueba y ensayo con animales.

“Principalmente, tiene aplicaciones en rumiantes, donde se observan los mayores beneficios, ya que este bioalimento actúa sobre el rumen de las vacas y ovejas. No obstante, también puede ser aprovechado en porcinos y aves”, añadió Uanino.

A pesar de esto, el objetivo principal es contribuir a mejorar la calidad de la carne vacuna, que representa el 60% del insumo utilizado en el reconocido salame de la Colonia. En la receta estandarizada, la proporción de carne porcina es del 40%.

Es importante destacar que muchos proyectos relacionados con la economía circular o economía azul surgieron en Colonia Caroya, inspirados en la visita de Günter Pauli hace algunos años, quien ofreció ejemplos sobre cómo aprovechar distintos desperdicios.

Forma parte de la tendencia entre los jóvenes productores: quieren cambiar el paradigma y producir de manera ambientalmente sostenible.

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