
Un reciente informe del periodista Germán Arrascaeta del diario La Voz del Interior señaló que tiende a respetarse en las grillas de nuestros encuentros de música popular el cupo femenino.
La “ley de cupo femenino y acceso de artistas mujeres a eventos musicales” (27.539), sancionada en noviembre de 2019 y que según su artículo 1° tiene por objeto “regular el cupo femenino y el acceso de las artistas mujeres a los eventos de música en vivo que hacen al desarrollo de la industria musical”.
Según un relevamiento hecho sobre las programaciones difundidas oficialmente, el Festival Nacional de Folklore de Cosquín, el Bum Bum, el Festival de Peñas de Villa María y Cosquín Rock cumplen con el mínimo exigido por la norma; esto es, que programaron “al menos 30% de solistas, agrupaciones musicales de mujeres y personas de otras identidades de género auto percibidas y agrupaciones mixtas”.
Y los que no cumplen en este recorte del verano 2023, se aproximan bastante.
El informe señala que en el caso del Festival de Jesús María programó 20 artistas mujeres sobre 81 propuestas artísticas, por lo que sólo le quedaron 4 para cumplir con la ley.
Aunque el informe no lo destaca, vale consignar que la fiesta programó, además, a dos artistas locales en la grilla oficial: Jéssica Benavídez y Ana Rodríguez.
En el primero de los casos, se trató de una presentación en horario televisivo y buena cantidad de minutos. Rodríguez, en cambio, animó durante una jornada previo a la transmisión televisiva.
Además de las referentes locales, el Festival programó este año a Soledad, Sele Vera, Roxana Carabajal, Loy Carrizo (fue Premio Revelación), Meibel, Natalia Pastorutti, Marina González, Florencia Paz, Marcela Ceballos, Magalí Gómez, Valeria Facelli, Claudia Lomeña, Cecilia Mezzadra, Eugenia Quevedo (con LBC), y Emilia Mernes.



Crecimiento exponencial
Celsa Mel Gowland, una de las máximas impulsoras de la ley, precisó: “La presencia de músicas mujeres y diversas creció un 106% para esos festivales. En particular en la región Centro, que es a la que pertenece Córdoba, donde lo hizo en un 163%”.
“Pero los festivales analizados de rock y rock and pop actuales la presencia se cuadruplicó, alcanzando el 39 por ciento. El folklore y los festivales de música popular duplicaron la programación de artistas femeninas y diversas alcanzando el 30. Y el tango y el jazz sobre cumplen ampliamente, con un 46 para esos festivales analizados”, detalló.
“Creo que el mayor aprendizaje para los y las productoras de eventos es que no estaban trabajando bien a las mujeres dentro de la actividad musical. Había sobrado talento y profesionalismo para estar en esos escenarios”, sentencia Mel Gowland, también excantante de Fricción y de Metrópoli, excoreuta de artistas pop y solista de jazz.



La falta de espacios en escenarios no es la única ni la principal dificultad o tarea que enfrentan las músicas mujeres y diversidades. También lo son la falta de sostén económico en el proceso de maternar, el destrato en el ámbito profesional y la necesidad de defender sus derechos intelectuales.
“Por eso, resultaba imprescindible observar y dar cuenta de cuánto se avanzó en estos últimos tiempos y así continuar la búsqueda de estrategias que enriquezcan nuestra música, estética y humanamente”, cerró Mel Gowland.