Covid-19: el norte cordobés sin sobresaltos todavía
Salvo Totoral y Deán Funes que tuvieron brotes en algún momento, la realidad de la mayoría de los municipios y comunas está lejos de representar un riesgo en términos de atención de la emergencia.

La mayor parte de la población del norte cordobés está acostumbrada a migrar fuera de su localidad de origen si pretende recibir atención de salud de complejidad. Y el Covid-19 no ha hecho otra cosa que pronunciar aún más esa desigualdad histórica.
Entre Jesús María, San José de la Dormida y Deán Funes, que tienen hospitales provinciales y referentes de área, absorben las necesidades de los pobladores de siete departamentos.
Pero son, además, los departamentos a los que los contagios por coronavirus llegaron al último, durante la época en la que los departamentos se pintaban de blanco o de rojo según su situación epidemiológica. Y en la mayoría de esos municipios y comunas no se registraron “brotes” similares a los que sí tuvieron otras regiones de la provincia.
Por citar un ejemplo, Cañada de Luque tiene una población que orilla los 1500 habitantes y sólo tiene en las estadísticas oficiales registro de 75 casos positivos desde que se desató la pandemia. Hasta la semana pasada, tenía 7 casos activos, 68 recuperados, y 30 personas aisladas por contacto estrecho.
Durante todo este tiempo, no tuvieron que peregrinar de hospital en hospital con pacientes graves, excepto en tres ocasiones y dos de ellas durante el año pasado. La última vez fue con una paciente de 86 años a la que tuvieron que trasladar en dos oportunidades a Jesús María en ambulancia propia y equipada para el traslado, y que logró sortear la enfermedad.
En Cañada, todavía no tuvieron ningún deceso por Covid.

Tampoco en la Villa
A 39 kilómetros de Cañada de Luque se encuentra Villa del Totoral, cabecera del Departamento, con otra realidad: tiene alrededor de 10 mil habitantes, ya registró 1036 casos de Covid-19 y tenía 96 casos activos esta semana.
En la Villa tienen un hospital municipal de baja complejidad que tuvo que adaptarse a la realidad de la pandemia y se convirtió en el referente principal de la atención a los contagiados, aunque sin posibilidad de internación porque no está preparada la infraestructura para eso.
“Estuvimos en la tensa espera del anunciado colapso del sistema sanitario y concientizados en que nuestro hospital podría convertirse en referente covid, pero hasta hoy no hubo necesidad de eso. El Hospital Vicente Agüero (de Jesús María) nunca nos rechazó un paciente si no encontraron atención en la parte privada”, explicó la secretaria de Salud municipal, la médica Silvina Hidalgo.
Es que, con esas cifras de casos activos, la mayoría de los municipios del norte provincial no le meten presión al sistema, a diferencia de otros conglomerados urbanos cercanos como podría ser el caso de Jesús María, Colonia Caroya y Sinsacate que juntan en la actualidad 900 casos activos y representan una preocupación para el sistema de contención de salud. Si el 20% de esos casos necesitara internación no habría capacidad instalada para absorberlos.

Geografía distinta
Estadísticamente, el norte cordobés muestra otras realidades con el índice de positividad apenas por encima del 10% (que es lo máximo sugerido) y el índice de letalidad por debajo del 1% en la mayoría de los casos.
San José de la Dormida, por caso, tenía entre activos y recuperados 550 casos y sólo 3 fallecidos. Villa del Totoral, con 1120 casos entre recuperados y activos, también tenía un registro de 10 fallecidos.
Deán Funes es, actualmente, la única excepción a este registro ya que lleva contabilizados casi 3600 casos desde que se desató la pandemia y acumula 62 fallecidos. Pero es la localidad más poblada del Norte.