
Con la reforestación del exbalneario La Toma en barrio Los Nogales comenzará a tomar forma el nuevo parque ecológico Riberas Oeste.
El proyecto es uno de los que los vecinos eligieron para que sea financiado por el municipio a través del presupuesto participativo y tendrá un costo de unos $ 6 millones.
La Municipalidad de Jesús María ya concretó la compra de 90 árboles, 100 arbustos, 156 plantas herbáceas, y 44 plantas rastreras con las que abarcará la primera de las tres etapas que contempla el proyecto de Riberas Oeste y que abarca a los barrios Los Nogales, Barrancas, y Alto Los Molinos.
Allí, plantarán 6 Acacias, 10 Garabatos (macho y hembra), 5 Chañares, 28 Espinillos, y 41 Sauces criollos.
Paralelamente, acompañarán con 100 arbustivas: 25 de chilca, 25 de palo amarillo, 25 de lagaña de perro, y 25 de poleo.
Y entre las herbáceas, se colocarán de a docenas Lentejuelas o pichanas, Cola de león, Inmortal silvestre, Borraja cimarrona, Carne gorda, Flor de papel, Mariposero blanco, Pavonia, Ramillete de campo, Botón de oro, Santa lucía, y Marcela.
Finalmente, entre las rastreras se adquirieron Hierba de pollo, Flor de seda, Chucho, y Verbena roja. Y como arbustivas de ribera se colocarán 25 totoras.
La idea es que todo ese conjunto verde le de forma a un bosque de ribera que ayude a proteger las márgenes de eventuales crecidas y le devuelva el verdor y la sombra que alguna vez supo tener el lugar.



Remediar
Como parte de un trabajo de posgrado para una especialización en planificación y diseño del paisaje, la arquitecta Marcela Roig advirtió hace una década a las autoridades municipales que varios barrios corrían peligro frente a una crecida extraordinaria.
Sus declaraciones de 2012 resultaron premonitorias de lo que ocurriría, principalmente, durante el 15 de febrero y el 3 de marzo de 2015.
Ahora, Roig fue invitada como asesora especialista a darle forma a Riberas Oeste que está ubicado en la margen contraria al Parque del Oeste, la reserva con la que cuenta Jesús María.
Cómo van a encarar este trabajo de remediación. Roig aporta: “Con una impronta ambiental y recuperando el balneario La Toma que siempre tuvo una importancia cultural para la ciudad. La idea es restringir el ingreso vehicular, cumplir con la normativa que abarca a las reservas ecológicas, por ejemplo, ya no se podrán hacer asados. Y también va a tener una finalidad educativa en el mediano plazo”.



“La idea -añade- es que no se haga in situ ninguna obra más que la necesaria de infraestructura como la colocación de luminaria o traer el agua hasta este lugar. Todo lo que pueda ser armado fuera del lugar se hará así y se traerá acá para armarlo como si fuera un tetris”.
“La mejor manera de frenar los procesos erosivos es detectar humedales, lograr que el agua repose, y que no se avance con construcciones en las riberas del río que es una problemática a nivel mundial”, reflexiona la especialista que después, encarará otras mejoras para los barrios Barrancas y Alto Los Molinos.