Con la pandemia, creció el apoyo escolar y resulta clave para evitar la deserción en sectores vulnerables
En pandemia, se agudizó la dificultad educativa para los alumnos y alumnas de familias vulnerables. En muchos pueblos y ciudades se ensayan planes para contenerlos en la escuela.

A los alumnos de sectores vulnerables la pandemia les pegó más duro, también en lo educativo. A las carencias en materia de acceso a la tecnología y a la conectividad para las clases virtuales, se sumó que también las organizaciones sociales o municipios que les ofrecían talleres de apoyo escolar debieron paralizar o reducir su actividad.
Ahora, con el regreso a cierta normalidad, la necesidad de ese apoyo se acrecienta.
El riesgo del atraso y hasta del abandono escolar es mayor y la de acceder a clases de apoyo, cuando no alcanza para pagar un docente particular, se torna más vital que nunca.
Con el objetivo de evitar la remitencia y la deserción, fundaciones, ONG y municipios ofrecen en diversas ciudades talleres de apoyo gratuitos, que en los últimos meses vieron crecer la demanda.

Política sostenida
En Jesús María, la Municipalidad motorizó allá por 2004 el programa “Un lugar para aprender” que ofrecía apoyo escolar a niños y niñas de los barrios más vulnerables.
Llegó a tener 11 sedes y las clases las brindaban alumnas de la carrera de Magisterio del Instituto Zarela Moyano de Toledo, coordinadas por un consejo consultivo ad honórem que integraban docentes jubiladas de la ciudad.
Tres años después, la estadística mostraba que el 74% de los beneficiarios del programa había promocionado las materias para las que se había preparado, aunque en la secundaria no tenía el mismo impacto para provocar que disminuya la repitencia.
Con otras modalidades, el programa municipal fue atravesando diversas gestiones hasta llegar a la actualidad para tomar el nombre de “Conectando con el cole” que ofrece los servicios en cinco sedes, a través de docentes que son contratadas por el municipio.
En tres de esos espacios, además, ofrecen conectividad, computadoras e impresoras que facilitan la realización de las actividades y tareas que exigen los centros educativos. Entre marzo y agosto, ya pasaron por las sedes alrededor de 1200 alumnos, un equipo de seis docentes ofrece sus saberes en matemática, lengua, e inglés, entre otras.
“Tenemos alumnos que llegan al apoyo escolar en situaciones bastante complejas porque hay niños y niñas que no han podido cursar parte de su primaria o secundaria de modo normal y tienen que entregar tareas, informes, o trabajos prácticos para completar el 70% que se les exige para poder continuar. Solo el apoyo escolar, no garantiza que se esté cumpliendo el proceso de aprendizaje deseado”, refirió Marina Marsengo, coordinadora del área de Educación municipal.

En los alrededores
En Salsipuedes se lanzó hace poco un programa de apoyo, a pedido de las familias, que ya cuenta con más de 55 estudiantes, con tres docentes. Pero la demanda haría saltar el número a más de 100 alumnos.
En Río Ceballos se hace desde hace seis años, con intermitencias, “Rincón Educativo”, en cinco centros infantiles en barrios, con tres docentes. Actualmente, concurren 90 estudiantes y hay listas de espera.
La Granja tiene el programa “Una mano a la educación”, con 35 alumnos y buenos resultados