
Bodega La Caroyense cumple 90 años de historia, si se combinan sus años bajo la experiencia cooperativa y sus años bajo la experiencia privada. Y de todo ese tiempo, el enólogo Santiago Lauret vivenció 47 vendimias. Por ese motivo, hizo una publicación recientemente dando cuenta del aniversario: “Retrocediendo en el tiempo, seguramente un día como hoy, 34 visionarios, soñadores y inmensamente trabajadores daban inicio a una gran aventura.
Hoy, es un día de mucha emoción y orgullo haber sido y ser durante 47 años parte de la historia grande de La Caroyense”.
La publicación fue acompañada por unas fotografías en la zona de recepción de uvas, sobre el ala oeste de de la bodega, que en este momento comenzó con las uvas blancas.



Hablando de uvas blancas, la bodega recibió buenas críticas por uno de sus últimos lanzamientos: el Viñas de Caroya, Innovazione, un bivarietal malvasia-sauvignon blanc, cosecha 2020.
“Es un vino dulzón, adecuado para tomar bien fresco como entrada, acompañando quesos y algún fiambre. El lanzamiento se completa con un interesante vino tinto mezcla de verdot, cabernet franc y malbec, todo con uvas de Colonia Caroya”, destacó el crítico Javier Ferreyra.
“El tamaño de la botella -añadió- y la tapa rosca son una comodidad que permite tomar entre amigos, llevar a la pileta o al río y tener siempre a mano”.



Tras un año complejo
Los productores enfrentaron un año inestable en términos meteorológicos: sequía en primavera y verano lluvioso. Estas precipitaciones recientes vienen repercutiendo en los cultivos y pueden condicionar el rendimiento final.
Esta situación no es novedosa, el cambio climático se nota en los ciclos anuales y en el aumento de la humedad en el Norte de Córdoba.
Y a esa situación se le añadieron otras dos generadas por la mano del hombre: incendios devastadores y prolongados, y deriva de herbicidas hormonales que volvieron a afectar a los cultivos en toda Caroya.
A nivel provincial, la cosecha de la uva comenzó en enero en las zonas cercanas a Quilino, le siguió Traslasierra y ahora está arrancando en Caroya con uvas blancas y alguna que otra isabella temprana.



La vendimia concluirá, como todos los años, en la zona de Calamuchita dadas las condiciones térmicas particulares de aquella región.
Los resultados de cada cosecha son determinantes para un sector de la economía de Colonia Caroya.
La ciudad desarrolla una importante actividad productiva en torno a la vid: elaboración de vinos y espumantes, jugos de uva, harina de uva, que se combinan con el turismo rural en las bodegas y chacras.
“En Córdoba no puede haber vino sin turismo porque es el otro valor agregado que tiene la uva. Hemos cambiado mucho la forma de elaborar los vinos y al consumidor le gustan los vinos de Córdoba, de partidas limitadas y de buena calidad y a veces con algunas particularidades que no las vas a encontrar en otro lado”, opinó sobre el tema la ingeniera agrónoma Daniela Mansilla.
Caroya tuvo cosechas muy difíciles durante el trienio 2015-2017 y esa situación llevó a que muchos productores pequeños decidan poner una pausa como elaboradores de vino casero y dejaran una superficie sin cultivar.