04/10/2023

Arranca el año con grandes expectativas por la edición 56 del Festival de Doma y Folklore

Nuestra región no fue ajena al pico de contagios de diciembre, pero centra sus mejores ilusiones en se realice sin problemas la fiesta gaucha.

Con 1859 casos, diciembre de 2021 se convirtió en nuestra región en el tercer peor mes en cuanto a contagios de Covid-19.

Solamente fue superado por mayo y junio del año pasado que contabilizaron 5378 casos entre ambos meses.
Arrancamos 2022 con 1281 casos activos y centenares de personas aisladas, situación que ha generado impacto en lo público y en lo privado, sin distinción.

Y más allá de que a principios de diciembre se conoció la noticia de que la variante Ómicron del coronavirus estaba presente entre nosotros y no se hablaba de otra cosa que no fuera eso, hoy ya nadie pregunta sobre qué variante circula.

Lo cierto es que las más “contagiosas” son en esta etapa las que parecen ir camino a ser las predominantes. Por fortuna, nuestro sistema sanitario no sufre colapso alguno y hay buena disponibilidad de camas críticas. Sólo hubo en este último tiempo, algunos internados con síntomas manejables.

Enero en la piel

En este contexto de crecimiento exponencial de casos de Covid-19, la pregunta que queda flotando es si deberían permitirse espectáculos de concurrencia masiva.

Y en nuestra región, la cuestión volvió a dividir las aguas. Es difícil mensurar cuántos hay de cada bando, pero lo cierto es que en las redes sociales muchos se pronuncian por una suspensión de la edición 56ª del Festival de Doma y Folklore, mientras que otros piden avanzar y concretarlo.

Los argumentos para sostener que con las debidas garantías es factible minimizar los riesgos de contagio son muy buenos… ¡si fuésemos ciudadanos suizos!.

Con nuestro poder de control, el famoso control de policía, va a ser casi imposible controlar que los protocolos se cumplan al máximo.

¿Cómo hacer para lograr que todos y cada uno de los visitantes utilice en forma permanente y correcta el barbijo?

¿Cómo hacer para que los grupos de autorregulen en “burbujas” y mantengan una distancia razonable entre ellos?

¿Va a ser posible el distanciamiento físico en una noche festivalera con 30 mil espectadores?

¿Qué pasará si los colaboradores del Festival empiezan a dar positivo? ¿Cómo y con quién se los reemplaza?

Mandan los números

Otra temporada de verano sin turistas y sin ingresos sería catastrófica para Córdoba. Eso no hace falta que lo diga ninguna autoridad. Con tener dos dedos de frente alcanza.

El problema empieza cuando, en nombre de los necesarios ingresos para infinidad de emprendedores y trabajadores, hay que poner en la balanza la presión que se ejercerá sobre el frágil sistema sanitario.

Porque no hay que olvidar que son un puñado de médicos, enfermeras, y agentes de salud quienes vienen cargando sobre sus espaldas la contención del avance del sars-cov-2.

A la película del Covid-19, la venimos viendo a contraestación con el resto del mundo. Países más poderosos no pudieron contener ninguna ola de contagios, hasta ahora.

En el mientras tanto, cuidarse y cuidar a los de uno parece la única estrategia que podría funcionar.

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