31/03/2023

132 familias de Jesús María cambiaron “chirlos” y “retos” por estrategias de crianza positiva

De la mano de la Fundación Abrazar, Jesús María fue pionera en capacitar a su equipo y promover talleres que prevengan eventuales situaciones de maltrato.

Con una bajísima deserción, Jesús María terminó el año capacitando a 132 mamás, papás, y cuidadores en talleres gratuitos de ocho encuentros con herramientas novedosas que tienen como cometido evitar situaciones que podrían configurar maltrato. La intención del municipio es llegar, al menos, a 430 familias más.

En Argentina, se calcula que el 35% de las infancias padece alguna de las formas del maltrato, pero sólo el 3,5% de quienes lo ejercen lo reconocen como tal.

La Fundación Abrazar, que firmó un convenio con el municipio jesusmariense, quiere disminuir la brecha: cambiar “retos”, “insultos”, gritos”, “chirlos” por estrategias nuevas.

“Existe una gran brecha entre lo que los cuidadores hacen y lo que piensan. Esta brecha es una gran oportunidad para acercar a papás, mamás y cuidadores herramientas de crianza positiva, que son más efectivas y llevan a un mayor bienestar familiar”, explicó Mercedes Sidders, Fundadora y Directora Ejecutiva de la Fundación Abrazar.

Estadísticas alentadoras

Concluida la capacitación, hubo algunos datos estadísticos que alientan. Padres, madres y cuidadores señalaron sentirse un 18% más seguros para manejar conductas desafiantes.

Eso, a su vez, se tradujo en una reducción del 24% en el uso de castigo corporal y psicológico, con la adquisición de otras herramientas positivas y más efectivas.

Fueron tan efectivas, según refirieron los usuarios en una encuesta, que el comportamiento problemático se redujo en un 32%.

Cambiar tácticas que ya no funcionan

La trabajadora social Carolina Piccoli forma parte del equipo municipal que se capacitó para brindar las herramientas en Jesús María destacó la responsabilidad de los talleristas: “Todos somos partes de la crianza y estamos muy contentas con los resultados de esta propuesta. Quienes arrancaron el taller demostraron un gran compromiso y fueron contando su alegría por los resultados que ven en las estrategias que fueron implementando”.

Otra de las integrantes del equipo jesusmariense, la sociopedagoga Romanella Copetti, acotó: “Lo positivo es que, a partir de la presencia de las mamás en los talleres, nos fueron contando que sirvió para organizarse a nivel familiar y para pasarse las estrategias con el resto de los integrantes de la familia”.

“Nuestra idea –completó Piccoli- es ofrecer herramientas que tienen un sustento teórico y científico que se ha comprobado que tienen un impacto en la conducta de los chicos. Es ofrecer un abanico de herramientas diferentes para que esos papás tengan la posibilidad de elegir cuáles les resulta más cómodas y cuáles funcionan”.

Nuevas respuestas

Las nuevas generaciones tienen muy asumido que el grito no es respuesta ni tampoco el chirlo o el insulto. Y las nuevas infancias tomaron nota de que el límite siempre puede correrse.

Muchos infantes saben que pueden insistior en alguna práctica para salirse con la suya y muchos adultos sienten impotencia de no poder resolver de una manera constructiva esos “caprichos”.

“Muchas mamás nos dicen yo recurro al chirlo porque ya no sé qué hacer, pero tampoco me siento bien después. No es lo que yo quiero elegir. Por eso queremos llegar antes de que todo se intensifique y sea difícil bajar”, detalló Piccoli.

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